SOBRE MÍ

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(María, Almería, 1978) 
Poeta, narrador, neerlandista, traductor y cinéfilo, ha cursado estudios de Magisterio y Ciencias judaicas, y es titulado como profesor de conservatorio en la especialidad de Saxofón clásico. 

Ha publicado la colección de relatos Cuentos macabros (2014), la novela El banquete: crónica de un ajusticiamiento (2017), las plaquettes En el abismo del olvido (2017) y Sólo los amantes sobreviven [7 poemas de amor] (2022), así como los poemarios Grecia: guía de viaje para poetas y antipoetas (2016),  Una habitación de hospital con vistas al mar (2018) y Flores enfermas (2023). 

En el número CU4TRO de la revista La Galla Ciencia (octubre 2015) su poesía fue antologada bajo el título «El hierro de la lengua marchita», formando a su vez parte de la obra La luz se hizo palabra. Antología de poesía contemporánea judeocristiana en España (2019).

Ha traducido al poeta norteamericano Robinson Jeffers y a medio centenar de poetas flamencos y neerlandeses, destacando las antologías de J. J. Slauerhoff, Menno Wigman, Arie Visser, Ilse Starkenburg, F. Starik o Vrouwkje Tuinman, así como a los flamencos Paul Snoek y Max Temmerman, y está considerado el traductor más activo e importante de poesía neerlandesa contemporánea en lengua española, dando lugar, entre otras, a la antología y ensayo Poesía experimental de los cincuenta en lengua neerlandesa (2016) y Entre diques y esclusas. Antología de poesía neerlandesa actual (2022). En 2020 vio la luz Ámsterdam es una ciudad maldita. Diarios amsterdameses [2014-2019]

Es el fundador y editor de las revistas literarias Ravenswood Magazine (2014−2018) y Atonaal. Revista de poesía y otras hierbas infumables, y sus artículos y poemas han aparecido en diversas publicaciones nacionales como La Galla CienciaEl Coloquio de los PerrosLa Voz de AlmeríaFábulaEl CiervoEstación PoesíaClarín y Revista Zéjel, e internacionales como Revista El Humo (México), Carátula. Revista cultural centroamericana (Nicaragua), El Nieuwe Acá (Países Bajos), Cuadernos de Humo (EE.UU.), Galáctica Magazine (Colombia), La Piraña (México), en donde aparecieron varios de sus poemas traducidos al francés, Exégesis (Puerto Rico) y Barbarus (Países Bajos), con uno de sus poemas traducidos al neerlandés.

Miembro de la sección de poesía de la Dutch Foundation for Literature (Nederlands Letterenfonds), ha sido becado en varias ocasiones como «Translator in residence» en la Casa del traductor de Ámsterdam (Het Vertalerhuis Amsterdam). Su blog lleva por nombre Sobre filias y fobias literarias y otro más sobre cine: ¡Detengan a los sospechosos habituales!

Le gusta el jazz (estuvo cinco años martilleando su saxo barítono en una big band), la pintura del grupo CoBrA, los poetas muertos (y algunos vivos), conocer el nombre de cada traductor, el cine en V.O. y los colofones. Bibliófilo a tiempo parcial, le tiene pánico a las entrevistas, a las presentaciones de obras suyas (o ajenas), al resto de escritores, al contacto con las editoriales y hasta a los lectores. Y todo lo dicho aquí es incurable.



Sobre él han escrito:

JOSÉ LUIS LÓPEZ BRETONES: “Antonio Cruz se muestra más partidario del mythos frente al logos, es decir: más partidario de lo simbólico, de lo irracional, de lo dionisíaco que de la razón positiva que sistematiza y que da luz a las sombras, un poeta del Romanticismo mucho más que de la Ilustración, pues el carácter del personaje poético de Antonio Cruz es un personaje apasionado, un personaje arrebatado, un personaje atormentado, como lo eran los románticos ingleses, como lo era Menno Wigman y como lo es también dentro de la poesía contemporánea española Roger Wolfe, que es uno de sus referentes literarios y además amigo personal de un Antonio Cruz que no es partidario de arrojar luz sobre las sombras sino de las sombras y de toda la iconografía que acompaña a las sombras: las brumas, los cementerios, las lápidas, los cuervos, con Edgar Allan Poe al fondo y, en general, todo lo que indique decadencia e incluso putrefacción, y con toda esta iconografía sin duda está haciendo referencia a esta nuestra sociedad que se deshace ante nosotros a pasos agigantados y que muestra por todas partes signos de acabamiento y de fermentación cadavérica”.
(Sobre Flores enfermas): “Es un libro casi blasfemo (como fue considerado en su día Las flores del mal de Baudelaire), un libro salvaje, un libro duro, cortante como un filo, un libro aquejado de la enfermedad de la poesía y cuyas flores contienen un sigiloso veneno que hay que tomar a pequeñas dosis o morir; o morir de romanticismo”.

CARLOS ALCORTA: “Antonio Cruz mezcla de forma elocuente la poesía descriptiva con la introspectiva. [...]. Experto en la cultura neerlandesa, ha traducido a poetas de la talla de Arie Visser, Ilse Starkenburg o Menno Wigman, recientemente fallecido y una de las influencias más notables en la poesía de Antonio Cruz— y eso se nota, tanto el aplomo con el que avanza su descarnada reflexión como en la versatilidad tonal, aunque en este aspecto el predominio de la desesperanza sea aplastante. [...] No hay imprecaciones a un Dios injusto y resentido que no escatima muerte y dolor a sus fieles, como, por ejemplo, hemos visto en la poesía de Blas de Otero y de Hidalgo. Hay una especie de asunción del destino efímero algo desalentadora”.

JOAQUÍN PIQUERAS: “Antonio Cruz parece conjugar varias voces, como Pessoa, pero sin llegar a la radicalidad de la heteronimia. Está el Antonio panegírico y reivindicativo; pero también encontramos el poeta clásico, en íntima comunión con el poète maudit (Poe, Baudelaire...)”.

ANTONIO PRAENA: “Radical en su vocabulario, versicular en su ritmo. Se entreveran en él cotidianeidad y cultura”.

JOSÉ LUIS MORANTE: su poesía “se despoja de utillería léxica, para convertirse en la palabra de una crónica fría […] y alerta sobre la decrepitud que acecha cada recorrido existencial, [...] un acto de introspección, con una fuerte apoyatura cultural, en el que el yo poético descubre su fragilidad, esa necesidad de construir el mundo desde la presencia del otro, de compartir el paso también en los naufragios”. 

JAVIER GALLEGO: “Con un desgarro similar al de Luna Miguel [...] una de las herramientas poéticas más importantes de Antonio Cruz es el sentido del humor y la ironía, aprovecha las referencias, clásicas y pop, los tiempos desde la Antigüedad a lo pasado de moda hasta lo rabiosamente actual, para descolocarnos a solas en el ring con sus poemas”.

BEATRIZ PÉREZ: “La noche, las heridas, las llagas, el insomnio y la oscuridad son protagonistas de sus versos, [...] integra en sus textos el gusto por la lógica del lenguaje, numerosas citas poéticas, títulos y frases en inglés convirtiéndonos en cómplices de sus lecturas”. 

HILARIO BARRERO: “Es el mayor conocedor de la poesía neerlandesa […], un poeta con una voz que corta como una navaja y se queda clavada como esa luz incierta del atardecer. Un poeta 'raro', con brumas del Norte y el perfume del Sur. Y al Este, en su costado, un dolor que casi no le deja respirar. Y en el Oeste de su corazón tiene la razón de vivir.”